"Para mí sólo recorrer los caminos que tienen corazón, cualquier camino que tenga corazón. Esos recorro, y la única prueba que vale es atravesar todo su largo, y esos recorro mirando, mirando sin aliento" Castaneda

viernes, 29 de abril de 2016

Treinta Días Curitibanos

Después del vertiginoso dominó Colonia del Sacramento - Montevideo - Porto Alegre estacioné mis vértebras, mis anhelos y mis dos violines en Curitiba, ciudad en la que pasaría veinte días tomando clases, ensayando y asistiendo a conciertos en el marco de la Oficina de Música que se organiza allí desde hace treinta y cuatro veranos.

Capital del estado de Paraná, Curitiba cuenta con casi dos millones de habitantes (más de tres millones y medio, si contamos también su región metropolitana) y genera el tercer mayor Producto Interno Bruto de todo Brasil. Así, se encuentra en el podio nacional, compitiendo mano a mano con San Pablo y Río de Janeiro, en materias como educación, infraestructura y desarrollo urbanístico. Por todo esto, por los casi mil metros de altura sobre el nivel del mar que le otorgan un clima frío y seco atípico para el litoral brasilero, por el estilo de vida al que tiene acceso su población en general -expresado en autos último modelo, gimnasios fitness por doquier, festivales de música electrónica e innumerables actividades culturales- es, para muchos, "lo más parecido a una ciudad europea que puede encontrarse en Sudamérica".


Había conocido la ciudad en el verano de 2015,