"Para mí sólo recorrer los caminos que tienen corazón, cualquier camino que tenga corazón. Esos recorro, y la única prueba que vale es atravesar todo su largo, y esos recorro mirando, mirando sin aliento" Castaneda

lunes, 25 de febrero de 2013

La Ciudad de los Ríos


El insistente traqueteo del agua golpeando mi techo me obligó a abandonar el mundo onírico. Creí que era la lluvia quien me despertaba. Eran las 8 de la mañana. Una mezcla de fastidio y desilusión se formó en mí cuando, al abrir la carpa, comprendí que las gotas que me rociaban provenían no del firmamento, sino de las regadoras automáticas-giratorias de la COPEC, las cuales me rodeaban como en una emboscada.

A las 8:30 empecé mi jornada de autostop bajo un melancólico cielo cubierto de nubes. Rápidamente me subí al camión de Eduardo, idéntico al del hombre que me dejara en Lautaro la noche anterior. Eduardo me interiorizó un poco más acerca del conflicto mapuche, reiterándome en líneas generales informaciones iguales a las ya conocidas. Me dejó en San José de la Mariquina, donde es necesario desviarse de la interminable Ruta 5 (columna vertebral de las rutas chilenas) para tomar el camino a Valdivia. En la bifurcación del camino me levantó un trabajador, que se apretujó en la cabina de su camioneta junto a su hijo para cederme lugar. Este gentil hombre me nombró todos los ríos que atraviesan Valdivia (el Calle Calle, el Cau-Cau, el Cruces y el homónimo de la ciudad) y me convidó, a través de su voz, una canción popular de la zona. En el río Calle Calle se está bañando la luna / se está bañando desnuda, toda vestida de espuma...

jueves, 14 de febrero de 2013

Hacia la Patagonia chilena


Santiago de Chile. Día domingo. La selección nacional de fútbol jugando. Todos los comercios cerrados. Un argentino desorientado sin saber para dónde encarar...

Tenía escasa moneda local (el equivalente a 10 dólares) y las casas de cambio no habrían hasta la mañana siguiente. Era tarde para probar hacer dedo hacia el Sur. ¿Qué hacer? ¿Tomar un transporte hasta la siguiente ciudad? ¿Con qué dinero? Y en ese caso, ¿abandonar la aventura autostopera? O quedarse a pasar la noche en Santiago, pero ¿dónde? ¿En una plaza, como en Mendoza? ¿En la terminal?

sábado, 9 de febrero de 2013

La travesía de los Andes


En el bosque de álamos había un colectivo abandonado, evocación directa del Magic Bus de Chris McCandless. Tras realizar una breve sesión de fotos allí como preámbulo, me despedí de Andate Meiszner, ese abnegado e incansable luchador que sacrificó su verdadero nombre en pos de un ideal relacionado con la dirección de la presidencia del Quilmes A.C. El mundo necesita luchadores que sostengan banderas de objetivos nobles, luchadores como Andate Meiszner.

Rodri y Viki iban para el oeste, por lo que uní mi camino al suyo una vez más. Saliendo de Uspallata, el camino era tan o aún más hermoso que el de la jornada anterior. Perdidos en la inmensidad de la Cordillera de los Andes cual granaderos sanmartinianos, conmocionados bajo las sabias montañas eternas que se abalanzaban sobre nosotros como en sueños surreales...

sábado, 2 de febrero de 2013

Viaje a la Cordillera


Amanecimos a las 7, cuando el Sol empezaba a tocar nuestra puerta. Asombrosamente, la carpa seguía en el mismo sitio donde la habíamos estaqueado la noche anterior.

Empezamos a caminar hacia el sur con el objetivo de alcanzar la estación de servicio más cercana, "4 o 5 kilómetros más allá". Implementando el  sistema de postas propuesto por Andate  Meiszner avanzamos un puñado de cuadras, pero rápidamente nos paró un coche. Juan Carlos, actor, director y profesor de teatro sanjuanino, iba a Mendoza a buscar unos equipos de iluminación. "Justo venía pensando que sería mejor viajar acompañado para ir conversando, ¡y me los crucé a ustedes!".